Danone obligado a retirar su publicidad engañosa después de 15 años
Ya es oficial desde finales de septiembre de 2011, ya no hay publicidad en la televisión (francesa).
El «estudio sobre el yogur» que realizo Didier Raoult*, investigador francés, en la prestigiosa revista científica « Nature » de septiembre de 2009 por fin ha dado frutos.
Para
el director del laboratorio de virología en el Hospital de la Timone,
Marsella, los yogures y otras bebidas lácteas
hinchadas de pro-bióticos que nos hacen tragar desde hace cerca de 20
años tendrían un papel serio en la epidemia de obesidad que golpea a los
niños en Francia y otros paises con dietas similares.
Los pro-bióticos que Danone
añade de forma sistemática en diversos yogures, son según las prometa
la marca en la televisión, en varios comerciales unos elementos
maravillosos que « refuerzan » las defensas inmunitarias. Hay más de
1000 millones de estos pro.bióticos por
bote de Activia o de Actimel.
Lo
increíble es que estas bacterias “activas y vivas”, según Danone, son
las mismas, que las utilizadas desde hace mucho tiempo en la cría
industrial de ganado, como activadores del crecimiento para hacer
engordar más rápidamente a los cerdos y pollos.
Un cerdo atiborrado de pro-bióticos, gana un 10% en la báscula.
O sea que Danone nos incita a criar a nuestros niños como cerdos o pollos (los cuales tampoco deberían criarse de esta manera).
De
hecho, a principios de año, los investigadores han tenido la idea de
comparar la flora intestinal de los obesos y de los no obesos. Y para
nuestra sorpresa, resulta que la gente obesa tiene unas cantidades mucho
mayores de pro-bióticos, esos que
se encuentran precisamente en los yogures «Activia».
Didier Raoult Comenta : « Se
han autorizado para la alimentación humana potenciadores de crecimiento
utilizados en la cría (de animales), sin pararse a pensar e investigar
cuál sería el efecto sobre los niños » De golpe, este ha
reclamado estudios para conocer el papel preciso de TODOS los productos
lácteos en la epidemia de obesidad infantil.
Por
otra parte no son solo los niños los que son víctimas de esta
superchería : «He encontrado numerosas mujeres rellenitas, a pesar de
estar sub alimentadas, ya que buscaban adelgazar desesperadamente
limitándose a varios yogures al día y algunas chucherías , pero
continuaban engordando, y estaban cada vez más cansadas y frágiles…"
Finalmente,
los sembradores de alerta independientes lograron que el gobierno se
preocupe un poco, antes de que el escándalo no explote a la luz del día.
Y un poco preocupados,
se vieron obligados a ejercer presión sobre el grupo Danone, para que
este revise, sus metodos y la formula de sus yogures. Hay que darse
cuenta de todos modos que esto podría ser un duro golpe para el lobby,
ya que los grupos Actimel Europa y Activia Europa valen en conjunto más
de 15.000 millones de euros.
Resumen del estudio de Raoult:
Estudios
recientes sobre la flora intestinal humana, han demostrado que la
obesidad se asocia con una reducción en bacterias Gram-negativas,
específicamente los miembros de las Bacteroidetes, y un incremento en
bacterias Gram-positivas Firmicutes1. Además, se ha demostrado que la
microbiota intestinal de los individuos obesos es menos diversa que la
de los no obesos. La manipulación de la microbiota intestinal - a través
de la administración de probióticos y antibióticos - ha sido utilizada
para estimular el crecimiento en animales de granja durante 50 años y
está regulada por la Food and Drug Administration (FDA) en Estados
Unidos y por la Comisión Europea en Europa .
Los probióticos utilizados para este fin en la industria agrícola incluyen Firmicutes, productos que contienen, en particular, Lactobacillus spp., Bifidobacterium spp. y Enterococcus spp.
Estos
productos se han comercializado y utilizado en la mayoría de la
industria de cría de animales, incluso en la producción de aves de
corral, terneros y cerdos, y muchos estudios han mostrado un
incremento en el tamaño y el peso de los animales jóvenes a los que se
dan estos aditivos bacterianos. Los antibióticos se han utilizado
también para este propósito, aunque esta práctica está prohibida en
Europa.
Los
Firmicutes también se utilizan directamente como coadyuvantes
terapéuticos en seres humanos, bajo los nombres de probióticos,
prebióticos o, más generalmente, llamados alimentos funcionales.
En
los Estados Unidos, estos productos se clasifican por la FDA como
"generalmente considerados como seguros" (GRAS, irónicamente, 'gras' se
traduce como "gordo" en francés).
El
análisis de estos productos mostraron que contienen altas
concentraciones de Lactobacillus spp vivo. y Bifidobacterium spp. (Hasta
108 organismos por gramo o mililitro).
Estas
concentraciones son similares a los utilizadas en los animales como
promotores del crecimiento. En los Estados Unidos, los productos que
contienen probióticos ya sean bebidas lácteas o yogures contienen
típicamente una centena de lactobacilos.
El
Lactobacillus acidophilus que se encuentra en los alimentos
funcionales, esta presente en cantidades que son equivalentes a las
utilizadas para causar aumento de peso en los cerdos.
También
se han asociado estos probioticos, con el aumento de peso en niños
tratados por diarrea. Además, algunos estudios han demostrado el aumento
de peso en los niños que recibieron Lactobacillus rhamnosus,
independientemente de la enfermedad para la que este probiótico era
prescrito. Cuando estos datos se consideran en el contexto de la
epidemia de obesidad infantil que se está produciendo en muchos países
desarrollados, parece esencial estudiar con rapidez y de forma completa
los efectos que los probióticos tienen en la población.
Los
alimentos funcionales, incluyendo los productos lácteos fermentados que
contienen probióticos, están ganando popularidad en muchos países,
especialmente entre los niños.
Pero
son muy pocas investigaciones se han llevado a cabo, sobre todo en lo
que respecta a la conexión entre estos productos y el aumento de peso.
Estos productos alimenticios se venden a menudo con el pretexto de
tener efectos positivos sobre la salud de los niños, pero hay pocos datos concluyentes para apoyar estas afirmaciones.
Sorprendentemente,
el nivel de regulación para el uso de probióticos en los seres humanos
es menos estricto que el de su uso en animales. Las diferentes especies
bacterianas involucradas y las concentraciones presentes en los
productos, muchas veces no es una información expuesta clara para los
consumidores, y que yo sepa los efectos a largo plazo de los probióticos
como suplementos alimenticios humanos, o como terapia nutricional no
han sido evaluados rigurosamente.
En
mi opinión, hace falta un trabajo mayor de investigación de acciones e
interacciones de estos probióticos, antes de que se recomienden para su
uso en niños.
Estudios de referencia:
1. Ley, R. E. et al. Human gut microbes associated with obesity. Nature 444, 1022–1023 (2006).
2. Turnbaugh, P. J. et al. A core gut microbiome in obese and lean twins. Nature 457, 480–484 (2009).
Publicidad engañosa:
En
las publicidades de ambos productos, la empresa asegura que las
bacterias beneficiosas en su yogur Activia ayudan a aliviar el
estreñimiento y que su bebida DanActive (como se conoce al Actimel en
EE.UU. y Canadá) posee bacterias que refuerzan el sistema inmunitario.
Pero
la Comisión Federal de Comercio (FTC, en inglés) dijo que no hay
evidencias científicas que avalen las bondades que la marca anuncia en
sus publicidades.
La
FTC anunció que había llegado a un acuerdo con la empresa que le
prohíbe dar por hecho ciertas propiedades de sus productos, a menos de
que sean aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos
(Food and Drugs Administration, o FDA).
Se
eliminará la publicidad que indica que estos productos ayudan a evitar
resfriados y gripes, o que contribuyen en la regulación del tracto
intestinal. Ya que hasta el momento, no hay sentencias científicas que
avalen las bondades que la marca anuncia en sus publicidades.
Pero
no nos preocupemos por esta empresa de tramposos, ya que entre sus
discretas e inteligentes maniobras para la retirada de la publicidad y
la adicción de muchos de sus
consumidores, no perderán mucho, mientras esperamos que nos inventen
otra “ensalada a la moda”.
Didier
Raoult es profesor de microbiología y especialista en enfermedades
infeccciosas. Dirige la Unidad de Investigación de Enfermedades
Infecciosas y Tropicales Emergentes (URMITE) de Marsella. A los 58 años
le ha sido concedido el Gran Premio Inserm 2010 por el conjunto de sus
trabajos sobre agentes patógenos y su descubrimiento de virus gigantes.