GEMAS CURACIÓN POR CRISTALES
Hay vida en las gemas. Relación con los organismos vivos y en su entorno.
eBook | PDF | 169 páginas | español
Hace
aproximadamente 15 años me dedico a la joyería. Aunque confieso que
sólo vi en ésta un modus vivendi; no carecía de cierto encanto, ya que
siempre me había sentido atraída por las piedras y los metales, y ahora
sé por qué.
Empecé
a oír historias sobre las piedras que creía –lo digo sinceramente–
supersticiones y cuentos de viejos hasta que las empecé a vivir: la
amatista que “tronaba” cuando un ser querido estaba muriendo, el ámbar
que “huía” de alguien, que “tronaba” , en situaciones conflictivas o
ante personas negativas. Vi cómo cierto tipo de gente (generalmente
desagradable, de “mala vibra” como se dice vulgarmente) no puede manejar
algunas gemas.
Paulatinamente
mi interés por saber más creció. Tanto que ahora sólo me doy cuenta de
lo mucho que ignoro. Ciertamente acabo de abrir las ventanas a un mundo
infinito, y fascinante, del que desgraciadamente la mayoría desconoce
casi todo. Un mundo que está más cerca de nosotros de lo que muchos
quisiéramos aceptar. Un mundo que se aprecia más por su brillo y su
costo que por su valor real.
Creo
que esta nueva explosión en el interés de la gente por las gemas se
debe a que, para muchos –sobre todo en las ciudades–significa el último
reducto de una relación cada vez más lejana con la Tierra y sus
criaturas. Es un llamado del mundo mineral a nuestra conciencia
primigenia. Después de todo, nuestro origen primero fue mineral.
Hay
vida en las gemas. Una vida algo diferente, desconocida. Hay vida en su
evolución, su energía, su vibración, su magnetismo. Hay vida en su
relación con los organismos vivos y en su entorno. Hay vida en las
emociones que provocan, palian o refuerzan.
Si
hay imaginación, está en la naturaleza. Las millones de formas,
colores, combinaciones, consistencias que ha creado son infinitas e
inimitables. Sólo por esto vale la pena sentirlas, conocerlas, amarlas y
respetarlas.
Para mayor conocimiento del mundo de las gemas, debemos decir que existen tres que no lo son: ámbar, coral y perla.
El
ámbar viene del reino vegetal. Es resina de árboles, que se solidificó
durante millones de años. De ahí que en ocasiones contenga ramas,
semillas, insectos. Es una página de la evolución.
El
coral y la perla provienen del reino animal. El coral está formado por
colonias de pólipos que se crean en el mar y dan nacimiento a los
arrecifes y a un ecosistema de los más ricos y variados sobre la Tierra.
Actualmente está protegido por leyes muy severas y debemos
congratularnos que así sea. Lo hay en varios tonos y colores, los más
conocidos son: rojo, rosa y negro.
La
perla viene de cierto tipo de ostra y es, en realidad, una anomalía. Se
forma cuando un cuerpo extraño (una arena, o un guijarro) penetran en
la ostra, y ésta, como auto defensa, cubre ese cuerpo con su “baba”,
envolviéndolo. Esto se transforma con el tiempo en la perla. Las perlas
cultivadas se logran introduciendo ese cuerpo en la ostra
deliberadamente y se dejan menos tiempo del que permanecerían
naturalmente.
Termino
con una recomendación: busque una gema por lo que ésta le da, por cómo
la siente y la vive, por su relación íntima y personal con ella. Si se
inclina por alguna o algunas en especial, es probable que le estén
brindando los minerales, las vibraciones y las energías que usted, sólo
usted, necesita. Si no pertenece a su signo, no importa. Por alguna
razón inexplicable usted la quiere. En esto, como en tantos otros casos,
siga su intuición, obedezca al sentimiento. Espero que este
acercamiento al mundo mágico, misterioso infinito de las gemas le sea
útil y placentero.
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