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domingo, 11 de enero de 2015

Varices: Síntomas, causas y tratamiento natural -Adolfo Pérez Agustí

Varices: Síntomas, causas y tratamiento natural -Adolfo Pérez Agustí

       
ys5EP Varices: Síntomas, causas y tratamiento natural  Adolfo Pérez Agustí
Varices: Síntomas, causas y tratamiento natural -Adolfo Pérez Agustí
PDF | Español | 100 MB

Caminan con naturalidad, incluso con vivacidad, realizando sin problemas las actividades de su vida diaria; sin embargo, poco a poco un peso inexplicable se pone en sus piernas, en sus pantorrillas, impidiéndole seguir avanzando, mucho menos correr o subir escaleras. Como si hubieran realizado un gran esfuerzo deportivo, las piernas se niegan a moverse, y el dolor y la incapacidad funcional se instauran bruscamente. Con el paso del tiempo, lo que antes se manifestaba de forma esporádica se hace crónico y diario, cada vez más intenso, hasta que las labores de la vida diaria empiezan a ser un tormento. Al mismo tiempo, o quizá mucho antes, las venas se dilatan, aparecen “arañas vasculares” y unas molestas y antiestéticas varices se muestran a lo largo de las piernas. También es frecuente que se hinchen las piernas, preferentemente los tobillos, que aparezca una celulitis al principio localizada y posteriormente generalizada, y que los calambres sean frecuentes y muy dolorosos.
Esta patología está tan extendida, que se calcula que al menos una de cada cuatro mujeres la padece de forma crónica, mientras que en los varones la proporción es mucho menor. La edad agudiza los problemas y el enfermo se ve obligado a evitar situaciones físicas que le aumenten el dolor y las molestias, al mismo tiempo que se ve privado de ponerse determinadas prendas que muestren sin lugar a dudas su mal. http://ul.to/t5q7md1z
       
ys5EP Varices: Síntomas, causas y tratamiento natural  Adolfo Pérez Agustí
Varices: Síntomas, causas y tratamiento natural -Adolfo Pérez Agustí
PDF | Español | 100 MB

Caminan con naturalidad, incluso con vivacidad, realizando sin problemas las actividades de su vida diaria; sin embargo, poco a poco un peso inexplicable se pone en sus piernas, en sus pantorrillas, impidiéndole seguir avanzando, mucho menos correr o subir escaleras. Como si hubieran realizado un gran esfuerzo deportivo, las piernas se niegan a moverse, y el dolor y la incapacidad funcional se instauran bruscamente. Con el paso del tiempo, lo que antes se manifestaba de forma esporádica se hace crónico y diario, cada vez más intenso, hasta que las labores de la vida diaria empiezan a ser un tormento. Al mismo tiempo, o quizá mucho antes, las venas se dilatan, aparecen “arañas vasculares” y unas molestas y antiestéticas varices se muestran a lo largo de las piernas. También es frecuente que se hinchen las piernas, preferentemente los tobillos, que aparezca una celulitis al principio localizada y posteriormente generalizada, y que los calambres sean frecuentes y muy dolorosos.
Esta patología está tan extendida, que se calcula que al menos una de cada cuatro mujeres la padece de forma crónica, mientras que en los varones la proporción es mucho menor. La edad agudiza los problemas y el enfermo se ve obligado a evitar situaciones físicas que le aumenten el dolor y las molestias, al mismo tiempo que se ve privado de ponerse determinadas prendas que muestren sin lugar a dudas su mal. http://ul.to/t5q7md1z