DESCUBRAN LAS EMOCIONES CAUSANTES DE LOS DOLORES EN LAS DIFERENTES PARTES DE LA ESPALDA
por Rolando Vargas
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Trabajemos, sanemos, reconozcamos, y aceptemos, las
diferentes emociones. Pensamientos, juicios y criticas causantes de
esta dolencia que se manifiesta y padecen un porcentaje altísimo de la
población de la tierra.
ESPALDA (en general)
La espalda
representa el sostén y el soporte de la vida. Es el lugar que me protege
si me siento impotente frente a una persona o una situación (doy la
espalda) en caso de necesidad. Si mi peso es excesivo, si carezco de
“respaldo” o si no me siento bastante “respaldado” (afectivamente,
monetariamente, etc.), mi espalda reaccionará en consecuencia y ciertos
dolores (agujetas) pueden manifestarse. Puedo tener la espalda ancha y
ser capaz de recibir o bien inclinarme humildemente,A inclinarme por
respeto o aceptación. Poco importa el motivo, un dolor de espalda indica
que quiero quizás salvarme de algo colocándolo detrás mío, porque es
con mi espalda que olvido las experiencias que me causaron confusión o
pena. Pongo todo lo que no deseo ver o dejar ver a los demás, jugando
así a la avestruz.
Estoy
profundamente herido, incapaz actualmente de expresar estas emociones
bloqueadas. Rechazo ver lo que me conviene! Acepto liberar ahora las
energías retenidas en los lugares que me duelen! Una espalda flexible
pero fuerte indica cierta flexibilidad mental y una gran apertura mental
contrariamente a las rigideces dorsales que significan orgullo, poder y
negación a ceder. Sentado bien cómodamente, puedo tener la sensación de
estar protegido, en total seguridad. Sin embargo, aun cuando mi espalda
sirva para soportar estas cosas indeseables y jugar a la “avestruz”,
acepto ver o que me molesta y expresarlo. Actuando de este modo, me
libero del peso que llevaba.
l
La postura
adoptada da indicaciones sobre lo que vivo y sobre mi modo de transigir
con las situaciones de mi vida: si estoy en reacción frente a la
autoridad, si quiero tener razón frente a alguien o frente a algo, voy a
“tensar la espalda” por orgullo. Si, al contrario, vivo sumisión, si
tengo miedo, si me siento débil, voy a “curvar la espalda” y cuantas más
grandes sean mis preocupaciones, más “me dolerá la espalda”. Ciertas
personas integran más las dificultades de la vida en la escritura, el
diálogo o el intercambio. Elijo el medio que mejor me conviene y dejo
que la vida fluya en mí para aprender a expresarme más y afirmarme
cuando lo necesito. Acepto que la vida me sostenga en cada instante y
“levanto los hombros”, sabiendo que tengo la fuerza necesaria para
realizar todos mis proyectos.
ESPALDA
(dolores de…) PARTE SUPERIOR DE LA ESPALDA (7 vértebras cervicales) La
parte superior de la espalda corresponde a la región del corazón y al
centro energético cardíaco. Los dolores de espalda se refieren a los
primeras fases de la concepción, a las necesidades de base y a la
estructura más fundamental del ser. Las 7 vértebras cervicales están
particularmente referidas en este sector. Las vértebras cervicales se
refieren a la comunicación y a mi grado de apertura frente a la vida. Mi
ingenuidad puede hacerme vulnerable a este nivel. Si tengo la sensación
que se me quiere juzgar, criticarme o herirme, podré estar afectado en
este plano y tendré tendencia a encerrarme como una ostra. Las
cervicales C1, C2, y C3 están particularmente afectadas si me
desvalorizo al nivel de mis capacidades intelectuales y las cervicales
inferiores reaccionarán a la injusticia que puedo tener la sensación de
vivir en mi vida o a la que veo alrededor mío y que me repugna. Además,
cada vértebra me da las informaciones adicionales sobre la fuente de mi
malestar.
C1 =
primera vértebra cervical que se llama el ATLAS y que lleva el número
C1, sirve de soporte a la cabeza. Es un pilar que mantiene la cabeza en
equilibrio Si me preocupo demasiado (= me rompo la cabeza”) frente a una
situación o a una persona, mi cabeza se hace más pesada hasta darme
dolores de cabeza y C1 podrá tener dificultad en soportar la carga. Si
manifiesto estrechez mental, si rehuso mirar todas las facetas de una
situación, si soy rígido en mi modo de pensar, C1 reaccionará dejando
sus actividades, dejando de poder pivotar. Estará paralizada por mi
miedo, mi desesperación frente a la vida, mi negatividad, mi dificultad
en expresar mis emociones. Un mal estado de C1 se acompaña generalmente
de dolores que afectan la cabeza, el cerebro y el sistema nervioso, etc.
Debo aprender a escuchar mi interior, a guardar mi mente abierta, a
traer más calma en mi vida para disminuir mi actividad cerebral,
permitiéndome así ver la realidad bajo un día nuevo, con más confianza.
C2
= La segunda vértebra cervical trabaja en estrecha colaboración con C1.
Se la llama AXIS. Es el pivote que permite a C1 moverse. C2 está
conectada con los principales órganos de los sentidos, es decir los
ojos, la nariz, las orejas, la boca (lengua). Por esto estarán afectados
éstos cuando C2 tenga un malestar. Si soy rígido en mi modo de percibir
la vida, si rehuso soltar mis viejas ideas para dejar sitio a lo nuevo,
si me preocupo siempre por el día siguiente, C2 corre el gran riesgo de
volverse también rígida. Frecuentemente, mis lágrimas son secas porque
reprimo mis emociones y que mis penas, mis decepciones, mis pesares
quedan hundidos dentro mío. El “lubricante” (mis lágrimas de pena o de
alegría) siendo carente, C1 no se articulará sobre C2 tan fácilmente.
Habrá irritación, calentamiento, igual como en mi vida cotidiana. Esto
se produce particularmente en el caso de la depresión, de una emotividad
excesiva (si por ejemplo, hay un conflicto familiar), de ira, de
revuelta y todo esto siendo generalmente causado por el miedo de ir
hacía delante, de cambiar, de tomar sus responsabilidades; del
enjuiciamiento de los demás y de sí – mismo, por la no – estima de sí
que puede llevar a un deseo de auto – destrucción (suicidio). Debo
aprender a tomar contacto con mis emociones y a asumirlas, a tomar mi
lugar expresando lo que vivo para que el flujo de energía empiece a
circular en mi cuerpo y que C2 pueda volver a funcionar en armonía con
C1 y que todo “bañe en aceite”!
C3 = la
Tercera vértebra cervical C3 es una eterna solitaria. A causa de su
posición, no puedo contar con nadie o trabajar en cooperación con otras
vértebras. Si mi C3 no se encuentra bien, yo también puedo tener la
sensación de que debo despabilarme solo. También puedo replegarme sobre
mí – mismo, vivir “en mi burbuja” y evitar toda forma de comunicación
(tanto oral como sexual) con mi entorno. “¿Para qué perder mi tiempo? De
todos modos, nunca se me hace caso y nunca se entienden mis ideas o mis
estados de ánimo!” Entonces se produce la rebelión, el desanimo, porque
mi sensibilidad está afectada en lo más hondo de mí. Incluso puede
apoderarse de mí la angustia. El desgaste del tiempo hace su labor y mis
sueños y mis deseos más queridos se desvanecen poco a poco. Me vuelvo
irritable, amargo con una persona o una situación que no consigo
digerir. La soledad puede tanto ser benéfica para recuperarme, hacer
balance, ver claro en mi vida, como puede ser un medio de huir mis
emociones, la realidad hacía la cual vivo mucha incomprensión. La
elección me incumbe! Tomo nota de que una dolencia en C3 puede conllevar
daños en mi rostro (piel, huesos o nervios) así como en las orejas y
los dientes.
C4, C5, C6
= las vértebras cuarta, quinta y sexta cervicales C4, C5, C6 se ubican
al nivel de la tiroides y están en estrecha relación con ésta. Ésta
juega un papel mayor en el lenguaje, la voz, (cuerdas vocales) y
cualquier desarmonía en lo que a comunicación se refiere – tanto cuando
me expreso yo como cuando otras personas me comunican – hará que
reaccionen C4, C5 y C6. Puede que me haya ofuscado con lo que haya oído,
causando indignación e ira. C4, C5 y C6 reaccionan aún más fuerte si
además no expreso mis opiniones, mis frustraciones. Mi porcentaje de
agresividad corre el riesgo de incrementarse, lo cual cierra los canales
de comunicación al nivel de estas 3 vértebras cervicales. Trago mal lo
que a mí se me presenta. Tengo tendencia a rumiar ciertos
acontecimientos para un largo período de tiempo. Frecuentemente aparecen
dolencias y dolores que afectan todo mi sistema de comunicación verbal:
boca, lengua, cuerdas vocales, faringe, etc. y todas las partes de mi
cuerpo que se sitúan entre el nivel de mi boca y de mis hombros pueden
estar afectadas. Tengo ventaja en aceptar ¯© que cada experiencia es una
oportunidad de crecer y que hay una lección por sacar de todo. Debo
dejar fluir en vez de obstinarme y de estar enfadado con la vida. Sino,
mi cabeza se pone a “hervir” y me siento sobrecargado por todas las
tareas que realizar y que me parece no poder llegar a realizar. Necesito
expresarme, o bien por la palabra, la escritura, la música, la pintura,
o cualquier otra forma de expresión que me permitirá “volverme a
conectar” con mi creatividad, mi belleza interior. Todos mis sentidos
entonces estarán estimulados, activados, lo cual activará mi tiroides y
permitirá que C4, C5 y C6 funcionen normalmente. Los dolores sentidos en
esta región podrán así desaparecer.
C7, la
última vértebra cervical C7 está influenciada altamente por todo mi lado
moral, mis creencias y mi lado espiritual también. Si vivo en armonía
con las leyes de la naturaleza, si escucho los mensajes que mi cuerpo me
manda y la vida en general, C7 va a funcionar mejor. Al contrario, si
vivo ira, si estoy cerrado a las opiniones y a los modos de ver de las
personas con quienes me relaciono, si me elevo y me enfrento con otras
ideologías diferentes de la mía sin una mente abierta, C7 reaccionará
fuertemente y podrá afectar mis manos, codos y brazos que podrán
inflamarse o tener dificultades en moverse. El funcionamiento de mi
tiroides estará afectado. Del mismo modo, remordimientos de consciencia
con relación a una palabra dicha, un acto hecho o un pensamiento mandado
hacía una persona también van a afectar C7. Si vivo emociones intensas
en mi vida, si estoy decepcionado, si tengo miedo de estar rechazado, si
me escondo debajo de mi concha para evitar estar herido “otra vez”, C7
podrá estar afectada. Debo aprender a discernir lo que es bueno para mí y
lo que no lo es. Debo respetar los puntos de vista de cada persona
incluso si son diferentes de los míos. Abriendo mis brazos a los demás
es como voy a aprender mejor y podré realizar mejor las elecciones que
me permitirán sentirme más libre.
ESPALDA (dolores de …) – PARTE CENTRAL DE LA ESPALDA (12 vértebras dorsales)
La parte
central de la espalda representa la gran región torácica del cuerpo
comprendida entre el corazón y las vértebras lumbares. Es una región de
culpabilidad emocional y afectiva. Las 12 vértebras dorsales [1]se
relacionan principalmente con esta región:
D1 = la
primera vértebra dorsal D1 puede reaccionar fuertemente cuando voy hasta
mis límites bien sea en mi trabajo, bien sea en el deporte, en suma, en
todas las situaciones en que voy hasta el final de mis fuerzas
mentales, físicas o emocionales. No aprecia tampoco un “dopaje” que sea
bajo forma de alcohol o de droga, la que sea. Su sensibilidad en ese
momento estará a flor de piel. Me construyo entonces medios de auto -
protección para protegerme de mi entorno y evitar estar herido. Esto
puede manifestarse sobre todo en mis gestos o en mis palabras: por
ejemplo, tiendo a apartar a los demás por mi frialdad o por palabras
hirientes. Esto puede incluso manifestarse por una toma de peso
importante, éste siendo mi protección natural y física, porque quiero
inconscientemente “ocupar más sitio” y dejar menos a los demás. También
esto puede esconder timidez actual y con la cual tengo dificultad para
transigir. Se pondrá aún más en evidencia si temo perder el amor de la
gente. Debo vigilar y evitar acurrucarme sobre mí – mismo rumiando
negatividad constantemente, siendo siempre fijado en las mismas ideas y
frustraciones. Un mal estado de D1 puede traer dolencias en cualquier
parte de mi cuerpo situada entre mis codos y la punta de mis dedos así
como dificultades respiratorias (tos, asma, etc.)
D2 = la
segunda vértebra dorsal D2 reaccionará fácilmente cuando mi emotividad
esté afectada. Si cumulo y ahogo mis emociones, entonces D2 me mandará
un mensaje y aparecerá el “dolor de espalda”. Si tengo la sensación de
que no tengo mi lugar en la vida y en la sociedad, que la vida es
“injusta” y que me siento víctima de los acontecimientos, D2 estará
afectada. Puedo ser particularmente sensible a todo lo que toca a mi
familia, y vivo situaciones de conflicto o desarmonía de un modo
intenso. Puedo haber almacenado viejos rencores. También puedo remover
constantemente experiencias pasadas, recuerdos, queriendo fijar mi
realidad en acontecimientos pasados en vez de mirar el porvenir con
confianza y viviendo intensamente el momento presente. Puedo contemplar
una nueva situación que me trae un miedo a lo desconocido. ¿Voy a tener
demasiadas responsabilidades? ¿Voy a estar sostenido o deberé
despabilarme solo? ¿Cómo van a reaccionar la gente alrededor mío? Si
dudo de mí, de mis capacidades, podré reaccionar jugando el papel de los
“duros de roer” volviéndome muy autoritario; tendré así la sensación de
controlar la situación, sabiendo muy bien que tiemblo de miedo, yendo
incluso hasta tener angustia. También puedo volverme irritable frente a
una persona o un suceso y reacciono por saltos de humor. Una D2 en mal
estado suele estar acompañada de malestar y dolores en el corazón y los
órganos que se vinculan a ellos, así como a los pulmones. Aprendo a
pedir y a hacer confianza en mi capacidad de aceptar nuevos retos.
Suelto mi pasado y me giro hacía el futuro sabiendo que ahora soy capaz
de tomar mi lugar en armonía con mi entorno. Puedo también leer la
sección referente al corazón para tener otras pistas.
D3
= la tercera vértebra dorsal D3 está esencialmente relacionada con los
pulmones y el pecho. Puedo ir a consultar lo referente a estos dos temas
para ver cuáles son las causas que pueden afectarles y tendré una pista
para saber porqué D3 me manda también mensajes. Además, todo lo que
puedo percibir por mis sentidos y que no me conviene del todo hará
reaccionar D3. Ya que soy muy sensible a mi entorno, me he confeccionado
un sistema con el cual sé lo que está bien y lo que está mal, lo que es
aceptable o no. Puedo estar fijado y rígido en mi modo de pensar o ver
las cosas. Tengo tendencia a juzgar cualquier persona o situación que no
entre en mi definición de “correcto”. Puedo reaccionar fuertemente
frente a lo que considero ser una “injusticia”. Incluso puedo volverme
colérico, incluso violento mientras no esté de acuerdo con lo que veo,
percibo u oigo. También puedo construirme un “escenario” en mi cabeza,
disfrazando la realidad, frecuentemente a causa de mi miedo a ver la
realidad de frente y también porque la realidad que me rodea me deprime.
Entonces, tengo menos gusto de vivir, ya no tengo el sentimiento de
estar en seguridad. Puede invadirme la tristeza. Ya no tengo el gusto de
luchar. La depresión se va apoderando de mí progresivamente, y querré
cortarme de este mundo que sólo me trae pena, frustración, ansiedad.
Debo aprender a ver la vida bajo un nuevo día. Aceptar ¯© que no pueda
vivir en un mundo perfecto pero que cualquier situación es perfecta
porque cada situación me permite sacar una lección.
D4 = la
cuarta vértebra dorsal D4 se refiere a los placeres, a los deseos, a las
tentaciones frecuentemente insatisfechos. A veces mis esperas son
desmesuradas, carecen incluso de realismo y me vuelvo irritable,
colérico porque “mis deseos” no están realizados. Estoy enfadado con la
vida, mi entorno. En el fondo de mí, siento un vacío tan grande,
generalmente afectivo, que tengo tendencias depresivas y el único modo
que conozca de equilibrar este estado de ser y traer algo “picante” en
mi vida será crear un estado de excitación, bien sea naturalmente o
artificialmente. Puedo practicar deportes de emociones fuertes
(paracaidismo, alpinismo, etc.) o puedo tomar drogas para ponerme en un
estado de éxtasis y de bienestar temporal. Me refugio así en un mundo
imaginario, protegido de todos. Sin embargo, no estoy al albergue de las
emociones que he inhibido y de las cuales he intentado escapar. En
apariencia puedo ser muy libre, pero en realidad, estoy encarcelado en
mi ira, mis penas, mis frustraciones, y por mi miedo a estar asfixiado
por el amor de los demás, porque nunca supe reconocerlo y aceptarlo.
Entonces, tengo tendencia a rechazar a los demás. Me opongo, me mantengo
distante y alimento esta cuneta con mi mal humor, mi actitud depresiva.
Es importante que reconozca y que acepte mis emociones para poder
integrarlas y permitirme vivir plenamente mi vida. Cuando D4 está
afectada, también puede seguir una dificultad con la vesícula biliar.
D5 = la
quinta vértebra dorsal D5 está tocada cuando me vuelvo a encontrar en
una situación en que tengo la sensación de perder el control. Me siento
entonces desestabilizado. Incluso puedo hallarme en un estado de pánico.
Esto se produce en particular en el plano afectivo con relación a mi
cónyuge, un miembro de mi familia, un amigo cercano, etc. Este control
se esconde a veces bajo una apariencia de “querer ayudar a alguien”,
“guiarlo”, “ayudarle en sus dificultades”, pero en el fondo de mí,
ejerzo un control para con esta persona, estando en posición de “fuerza”
incluso inconscientemente. Si las cosas no suceden como lo deseo, puedo
volverme frustrado, crítico, impaciente e incluso colérico, y D5
reaccionará violentamente. Quiero darme una imagen de “duro de roer” que
tiene la “espalda ancha” y que “es capaz de cargar”. Pero, en el fondo,
sé que me cargo demasiado los hombros, lo cual me lleva a estar
inseguro, angustiado, en rebelión contra mi entorno que hago responsable
de mi malestar. Tengo grandes ambiciones, lo cual me hace a veces
apartarme de mis valores profundos y actuar en contradicción con éstas.
Entonces, me echo en relaciones artificiales con la gente, viviendo
decepción tras decepción, porque el amor verdadero, sencillo, no es
bastante presente. Es importante que esté a la escucha de mi interior,
que tome contacto con mi esencia, con mis verdaderos valores para que
vuelva la calma en mi vida y que vea claro en los acontecimientos,
desarrollándome y siendo capaz de vivir el amor verdadero. Se debe
observar que el mal estado de D5 frecuentemente está acompañado de
diversos malestares afectando mi hígado y mi circulación sanguínea.
D6 = la
sexta vértebra dorsal D6, va a reaccionar cuando me critico y que me
juzgo severamente. Puedo haber estado educado en un entorno muy estricto
en el cual los valores y las líneas de conducta debían seguirse al pie
de la letra. Habiendo crecido en este clima autoritario y no permisivo,
ahora puedo tener “casos de consciencia” en los cuales quisiera darme
gusto, coger tiempo para mí pero juzgo que esto no es “correcto” y “ que
no me lo merezco”. Me creo preocupaciones inútilmente porque no dejo de
analizar cada uno de mis gestos, cada una de mis palabras, cada uno de
mis pensamientos, para estar seguro de que “estoy correcto”. Me corroe
la culpabilidad por dentro. La angustia está muy presente y me auto –
castigo cortándome del mundo. Tengo dificultad en aceptarme. Me siento
víctima de la vida, impotente frente a los acontecimientos. Juzgo
severamente éstos sin querer aceptar que están aquí para hacerme crecer,
pero viéndoles preferentemente como castigos, injusticias. Vivo
entonces en la frustración y la incomprensión, el resentimiento,
envidioso y celoso de los demás. Por esto una D6 en mal estado se suele
acompañar de malestar al nivel del estómago. Tengo necesidad de estar
más flexible y permisivo para conmigo y aprendo a ver positivo en cada
acontecimiento, sabiendo que cada experiencia me lleva a conocerme más y
a volverme mejor.
D7 = la
séptima vértebra dorsal D7 es una trabajadora de trabajos forzados. Si
en mi vida, me empujo al límite en las cosas que debo hacer, sin
escuchar mi cuerpo cuando necesita descansar o relajarse, D7 va a echar
un grito de socorro. Es posible que así quiera olvidar o huir a alguien o
una situación cualquiera. Puede que quiera olvidar mis problemas
financieros, afectivos, etc. Parándome, es muy posible que afloren el
desánimo y la insatisfacción frente a mi vida, cosa que no quiero.
Acumulo mucha ira y agresividad: todo ruge adentro mío porque “la vida
no tiene nada bueno para ofrecerme”. Me obstino, incluso me bloqueo
sobre ciertas ideas que me obsesionan. Debo aprender a apreciar lo que
tengo y lo que soy y ver toda la abundancia que es presente en mi vida.
Tengo el derecho de tomar tiempo para mí, tengo el derecho de vivir
emociones en vez de dejarlas hervir adentro mío. Me concedo el derecho
de vivir mi pena, mi decepción, mis miedos porque es así como podré
aceptarlos y cambiarlos en positivo. Puedo hacer mi limpieza interior a
medida y dejar que D7 funcione normalmente. Es así como los males que
acompañan frecuentemente una D7 en mal estado y que tocan frecuentemente
el páncreas y el duodeno podrán también irse.
D8 y D9 =
las octava y novena vértebra dorsal D8 & D9 que hallo a la altura
del diafragma y que están estrechamente vinculadas, se parecen en todo.
Por esto, se tratan juntas. Se afectan principalmente cuando vivo
inseguridad debido a un miedo que tengo de perder el control en una
situación o con una persona. Me siento más seguro de mí cuando dirijo
perfectamente todos los aspectos de mi vida, cuando orquesto
perfectamente cualquier situación para saber exactamente qué debo
esperar. Me escondo en mi burbuja de cristal, sin hacerme preguntas ni
hacer esfuerzos para cambiar lo que sea en mi vida. Vivo todas mis
emociones “para dentro”. Pero este “supuesto equilibrio” está
trastornado, D8 y D9 asustadas reaccionan fuertemente, acurrucándose de
miedo. La desesperación puede tener lugar y tengo el mal de vivir. Tengo
dificultad en ver la luz al final del túnel. Puedo sentir desprecio por
la vida y me dirijo hacía un abismo que sólo puedo vencer haciendo
confianza en la vida y dejando ir el control que ejerzo. Porque es
soltando cuando gano el dominio de mi vida. Tomo nota que una D8
lastimada puede acompañarse de dolores del diafragma y el bazo
(incluyendo los trastornos de la sangre) mientras que D9 en mal estado
estará acompañada de alergia o de un mal funcionamiento de las glándulas
suprarrenales o de urticaria.
D10 =
Cuando la décima vértebra dorsal D10 está afectada, esto suele reflejar
una profunda inseguridad frente a la cual me siento sin armas, sin
recursos. Mi confianza está en su nivel más bajo y necesito “un pequeño
tónico” para ayudarme a darme más valor y a olvidar mis preocupaciones.
Frecuentemente, esto puede ser un consumo más grande de alcohol o de
droga que de costumbre que me dará “un pequeño estímulo”. Sin embargo,
cuando vuelvo a mi estado normal, las inseguridades aún están presentes y
mi vida se oscurece porque sólo veo el lado negativo de las cosas. Lo
veo todo en negro, rechazando la vida, compadeciéndome de mi - mismo.
Estoy preocupado por pequeñeces y me enfado sin ser capaz de
manifestarlo sin embargo, lo cual afecta mi sensibilidad que vuelve a
flor de piel y que hace que me irrito por futilidades. Una D10 en mal
estado se acompaña frecuentemente de dolores en los riñones, reconocidos
como la sede del miedo. Aprendo a hacerme confianza y aprendo a ver la
belleza alrededor mío y la que existe dentro mío. Tengo el valor de
pedir ayuda.
D11 = las
anomalías en la onceava vértebra dorsal D11 se hallan también cuando mi
sistema nervioso tiene dificultad en funcionar. Mi gran sensibilidad a
todos los niveles hace que D11 se desforme porque también desformo la
realidad para sufrir menos. La cambio a voluntad para que sea como
quiero. Me “corto” voluntariamente de mi entorno. Pero esto sólo puede
durar cierto tiempo y debo pronto o tarde enfrentar la realidad. En ese
momento, una tensión interior se habrá instalado, y tendré dificultad en
transigir con ella. Esto puede volverse tan insoportable que incluso
puedo tener ideas de suicidio ya que vivo en la incomprensión y que
tengo miedo del porvenir porque me siento impotente en cambiar las cosas
en mi vida. Me considero “víctima”, herido en mis sentimientos. Rumio
lo negativo y hago pocos esfuerzos para sacarme de esta situación. Debo
aprender a moverme e ir hacía delante en vez de estancarme en un estado
de ser comatoso y complacerme en la pasividad. Las dolencias en la D11
se acompañan frecuentemente de dolores en los riñones así como de
enfermedades de piel (eczema, acné, etc.) Empiezo a creer también que es
posible cambiar cosas en mi vida pero que debo estar listo para
invertir esfuerzos y pedir ayuda.
D12 = la
doceava vértebra dorsal D12 está afectada sobre todo cuando vivo en un
lugar cerrado. Tengo tendencia a criticar, juzgar, saltar fácilmente a
conclusiones, no porque haya comprobado sino solamente porque mis
observaciones pueden darme falsas impresiones y que las interpreto a mi
modo. Esto me lleva a vivir mucha ira que me “roe interiormente”. Mi
mental es muy activo. Mi sensibilidad está “a flor de piel”. Me
construyo castillos de arena. Me invento todo tipo de escenarios. Ya que
tengo dificultad en transigir con mi entorno, vivo mucha inseguridad.
Puedo entretener ideas mórbidas, ya incapaz de absorber lo que sea de lo
que veo, siento o percibo y envidiando lo que tienen los demás. Una
afección en el nivel de la D12 se acompaña frecuentemente de males
intestinales, dolores en las articulaciones, una circulación linfática
deficiente y así a veces afecciones en las trompas de Falopio. Aprendo a
comunicar, a ir a comprobar con las personas relacionadas para eliminar
la duda y la inseguridad que me habitan. Así veo más claro en mi vida y
se establecen en mí la calma.
Tanto es
así que los dolores en medio de la espalda son la señal clara de una
relación difícil con la vida y las situaciones de mi existencia. Esta
región de la espalda corresponde también al movimiento de
exteriorización de la energía de vivir que fluye por mí. Esto significa
que en período de madurez interior (cuando adquiero experiencia), varias
cualidades divinas tales como la confianza, el amor, el desapego (es
decir el libre albedrío) sobre todo en el plano afectivo) están puestas a
prueba. Mis dolores de espalda e incluso la espalda curvada pueden
significar diversas cosas: culpabilidad en unas situaciones en que no me
he de sentir culpable, amargura o una débil confianza en mí vinculada a
una vida que siento muy pesada por llevar. Puedo tener la sensación de
que “están siempre pegados a mi espalda”. Si tengo dolor de espalda,
esto denota un gran sentimiento de impotencia, frente a una situación
presente difícil de tratar y en la cual necesitaría ayuda. La
desesperación puede aparecer porque no me siento bastante apoyado en el
plano afectivo y padezco también inseguridad. Tengo tendencia a retener
mis emociones y vivo mucho en el pasado. Me quedo vinculado a dicho
pasado. Me siento inestable y ansioso. El objetivo por alcanzar reside
en una expresión más activa de la energía divina. Necesito ser
transparente en todo, conmigo mismo y los demás, dejando de transportar
sentimientos de un pasado cojo para dar paso a un aquí y abajo tranquilo
y sereno. Necesito ayuda y ánimo, conectarme con mi ser interior que
vela sin cesar sobre mí. Mi cuerpo me da señales importantes. No hay
vergüenza ninguna en pedir ayuda. Al contrario, es un signo de
inteligencia ya que esta ayuda me permite ir hacía delante. Veo
importancia en mi propia identidad y soy prudente con mi ego y mis
miedos. Aprendo a comunicar con mi ser interior por la meditación y la
contemplación; con él hallaré muchas soluciones y respuestas. Estar
conectado con mi ser interior, es elegir vivir mejor las situaciones de
la vida.
ESPALDA
(dolores de…) – PARTE INFERIOR DE LA ESPALDA.Frecuentemente confundida
con los riñones y comúnmente asociada al dolor de riñones, esta área se
sitúa entre la cintura y el coxis. Es una parte del sistema de
sostenimiento. Dolores en esta región manifiestan la presencia de
inseguridades materiales (trabajo, dinero, bienes) y afectivas. “Tengo
miedo de carecer de…!” “Nunca lo conseguiré!”, “ Nunca conseguiré
realizar esto!” expresan bien los sentimientos interiores vividos. Estoy
tan preocupado por todo lo material que siento tristeza porque hay un
vacío y este vacío me duele. Incluso puedo fundar mi valor personal en
el número de bienes materiales que poseo. Vivo una gran dualidad, porque
deseo tener tanto la “calidad” como la “cantidad”, tanto en lo que a
relaciones interpersonales se refiere como a lo que poseo. Tengo
tendencia a tomar demasiadas cosas sobre mis hombros y tengo tendencia a
dispersar mis energías. Intento hacerlo todo para ser amado y me
entretengo con la opinión que tienen de mí los demás. También puede
tratarse de una inquietud frente a una u otras personas. Estoy
preocupado por ellas y quizás tengo tendencia en “coger los problemas de
los demás sobre la espalda” y querer salvarlos. Mi impotencia frente a
ciertas situaciones de mi vida me vuelve amargo y rehuso someterme, pero
tengo miedo. Este sentimiento de impotencia que puede llevarme hasta la
rebelión, podrá conducirme a un “lumbago” o un “dolor de cintura”. No
me siento sostenido en mis necesidades de base y mis necesidades
afectivas. Tengo dificultad en hacer frente a los cambios y a la novedad
que se presentan a mí porque me gusta sentirme en seguridad en mi
rutina y mis viejas costumbres. Esto revela frecuentemente que soy
inflexible y rígido y que quisiera ser sostenido a mi modo. Si acepto
que los demás puedan ayudarme a su modo, voy a descubrir y tomar
consciencia de que tengo el apoyo que necesito. Así me vuelvo más
autónomo y responsable. Si se trata de un pinzamiento de los discos
lumbares, pongo probablemente demasiado presión sobre mí – mismo en
hacer cosas para que me amen. Ya que se revela necesario un período de
reposo, aprovecho para mirar lo que está sucediendo en mi vida y volver a
definir mis prioridades. Al no sentirme sostenido, me vuelvo rígido
(tieso) hacía los demás. ¿Tiendo a culpar a los demás de mis
dificultades? ¿Me tomo el tiempo de expresar mis necesidades? Acepto ¯©
que me único sostén viene de mí – mismo. Volviendo a tomar contacto con
mi ser interior, establezco un equilibrio en mis necesidades y reúno
todas las fuerzas del universo que están en mí. Estas fuerzas me dan
confianza en mí y en la vida porque sé que me traen todo lo que
necesito: físico, emotivo, espiritual. Estoy sostenido en todo momento!
Las 5 vértebras lumbares se sitúan en esta área.
L1
= la primera vértebra lumbar L1 está afectada cuando vivo un
sentimiento de impotencia frente a alguien o a algo que no me conviene y
que tengo la sensación de no poder cambiar, que he de soportar.
Entonces, me vuelvo inerte, sin vida, gasto mucha energía con cosas
frecuentemente menores pero las aumento tanto que toman entonces
proporciones catastróficas, lo cual puede incluso hacer aparecer un
sentimiento de desesperación. Puedo vivir inseguridad frente a aspectos
de mi vida, pero no tiene realmente razón de ser. Quiero controlarlo
todo, pero esto no es humanamente posible. Puedo también vivir
conflictos interiores entre lo que quiero hacer y que no me permito.
Esto hace subir en mí frustración, agresividad e ira. Estos sentimientos
endurecen mi corazón si no me libero y amargan mi vida. Una vértebra L1
en mal estado puede traer enfermedades relacionadas con las funciones
de digestión (intestino y colón) o eliminación (estreñimiento,
disentería, etc.). Tomo consciencia del poder que tengo para cambiar el
curso de mi vida, y sólo la mía! Vuelvo a establecer mis prioridades
para canalizar bien mis energías.
L2 = El
estado de la segunda vértebra lumbar L2 depende mucho de mi flexibilidad
frente a mí – mismo y a los demás. La soledad y la amargura
generalmente causadas por una timidez pronunciada son también factores
importantes que pueden afectar L2. Soy preso de mis emociones: al no
saber como vivirlas y expresarlas, y al ser éstas a veces vivas y
explosivas, pongo máscaras para protegerme y evitar que se pueda ver lo
que sucede en mi interior. Mi malestar puede hacerse tan grande que
quiero “adormecer” mi mal con bebida, drogas, trabajo, etc. y L2 hará
entonces una llamada de socorro. Tengo tendencia a ver las cosas en
negativo y a vivir en un estado depresivo que veo muy poco porque estoy
en un papel de víctima que no me obliga a pasar a la acción o a cambiar
cosas en mi vida. Igual como L1, un sentimiento de impotencia y también
mucha tristeza afectarán L2. Soy bastante amargo frente a la vida porque
estaría supuestamente disfrutando de los placeres de la vida pero,
frecuentemente, no me autorizo a ello a causa de mis obligaciones o por
deber, para mostrar el buen ejemplo. Debo aprender que no he de ser
perfecto. A veces puedo sentirme incapaz o impotente frente a una
situación. No he de culparme por ello o estar enfadado; solo he de ser
auténtico conmigo mismo y los demás y expresar simplemente mis penas,
mis alegrías, mis dudas, mis incomprensiones, mis frustraciones para
estar más abierto frente a los demás y para que L2 recupere vida
también. Se debe recalcar que una vértebra L2 en malas condiciones puede
conllevar enfermedades del abdomen, la apéndice o las piernas en donde
podría ver aparecer varices.
L3 = la
tercera vértebra lumbar L3 se ve sobre todo afectada cuando vivo
situaciones familiares tensas o tormentosas. Me impido decir o hacer
cosas para no herir y no molestar a los demás. Pero al hacer esto, me
hago daño a mí mismo. Juego el papel de “buen chico” o “buena chica”
manifestando una gran flexibilidad. Pero me vuelvo “bonachón” lo cual me
causa frustración, sobre todo si debo poner mis deseos de lado. Y
quizás, también, me ponga de lado, particularmente a causa de mi gran
sensibilidad, sin saber mucho como dichas emociones estarán recibidas.
Me vuelvo “paralizado”, incluso impotente, en mis emociones, en mi
cuerpo, en mis pensamientos, lo cual impide que se manifieste mi
creatividad y todo lo vinculado a ella, en particular la comunicación y
la sexualidad que se quedan “rígidas” y “frígidas”. Para superar el
desánimo, debo tender los brazos hacía los demás y atreverme a expresar
mis emociones para que mi pleno potencial creativo se despierte y se
manifieste. La mala condición de L3 puede conllevar dolencias en los
órganos genitales, en el útero (en la mujer), en la vejiga o en las
rodillas, tales como la artritis, la inflamación o dolores.
L4 =
Cuando la cuarta vértebra lumbar L4 se rebela, es frecuentemente porque
tengo dificultad en transigir con la realidad de todos los días. Puedo
complacerme en un mundo imaginario y esto puede llevarme a vivir en la
pasividad, estando un poco cansado de ver lo que ocurre alrededor mío.
Se instala cierta dejadez. “¿Porqué preocuparse de todos modos?” Sufro
los acontecimientos y no los creo, lo cual me puede dejar un sabor
amargo. Igual como L4, necesito protegerme cerrándome porque puedo
fácilmente dejarme distraer o influenciar por lo que me rodea, sobre
todo por lo que la gente pueda decir de mí, y mi sensibilidad puede
estar altamente afectada. También me rompo la cabeza exageradamente y mi
discernimiento está a veces erróneo o carente porque mi mental es muy
rígido, lo cual me impide tener una visión global de una situación y en
consecuencia soluciones o posibles vías frente a ella. Entonces quiero
controlar en vez de escuchar mi voz interior. Debo aprender a escuchar
ésta para recuperar el dominio de mi vida. Recupero mi poder de crear mi
vía como quiero y recupero el gusto de realizar grandes cosas! Se debe
observar que una vértebra L4 en mal estado puede conllevar dolores en la
región de mi nervio ciático y de la próstata en el hombre.
L5
= Puedo preguntarme lo que sucede en mi vida cuando la quinta vértebra
lumbar L5 está afectada. ¿Tendría por casualidad una actitud de
desprecio o de pereza frente a una persona o una situación? Puedo vivir
un poco de celos, disgusto, frustración, pero sin embargo ya tengo
mucho, la vida me ha mimado y tengo dificultad en reconocerlo. Mi vida
está teñida de lujuria (en todos los niveles) y debo aprender a apreciar
lo que tengo, y a cultivar mis relaciones interpersonales: tengo
dificultad sobre todo en el plano afectivo a ser auténtico y a sentirme
bien porque en el fondo de mí, vivo una gran inseguridad y tengo
dificultad en expresar lo que vivo. Por lo tanto, tendré tendencia a ser
algo depresivo ya que pasaré frecuentemente de un cónyuge a otro sin
saber demasiado porqué sucede esto, sintiéndome “correcto” dentro de lo
que estoy viviendo. Inventaré toda clase de guiones y mi atención
siempre estará centrada en los pequeños detalles anodinos, lo cual me
impedirá adelantar y pasar a otra cosa. Cierta amargura puede
ensombrecer mi vida e impedirme disfrutar de ésta. Aprendo a saborear
cada instante que pasa y a apreciar toda la abundancia que forma parte
de mi vida. Un mal estado de L5 puede ocasionarme dolores en las
piernas, desde las rodillas hasta los dedos de los pies.
La parte
inferior de la espalda también forma parte del sistema del centro del
movimiento. Si tengo dificultad en transigir con la sociedad, tanto
desde el punto de vista de las orientaciones por tomar como del sostén
que espero de ella, puedo vivir frustración o resentimiento. No quiero
“dealer” con ciertas personas o ciertas situaciones. Mis relaciones
personales con mi entorno padecen de ello. También puedo tener
dificultad en aceptar que voy sumando años. “Me hago viejo” y debo
amansar lentamente la noción de mortalidad. Finalmente, la parte
inferior de la espalda está muy estrechamente vinculada a los dos
centros de energía inferiores, el coxis y el segundo centro de energía
que está vinculado más específicamente a la sexualidad. Si vivo
conflictos interiores o exteriores para con ésta, si he reprimido mi
energía sexual, puede manifestarse un dolor de espalda. Las 4 vértebras
sagradas y las 5 vértebras del coxis están relacionadas con esta región.
Cuando las vértebras sagradas están afectadas, puedo tener la sensación
de que no tengo columna y que necesito a otra persona para sostenerme.
Estoy constantemente “probado” por la vida para ver cuál es mi nivel de
integridad y de honradez. Tengo un enorme potencial pero ¿estoy listo
para realizar los esfuerzos necesarios para cumplir mis objetivos? Las
vértebras inferiores son las siguientes:
S1, S2, S3
= Ya que las 3 primeras vértebras sagradas están soldadas juntas, se
tratarán juntas. Constituyen un todo. Reaccionan con la rigidez que
manifiesto, con mi estrechez mental en relación a ciertas situaciones o
ciertas personas, a mi mente cerrada que rehusa oír lo que los demás han
de decir. Quiero tener el control para sentirme fuerte y en seguridad
y, si lo pierdo, voy a estar enfadado, furioso y puedo tener ganas de
“pegar una paliza” a alguien por estar tan frustrado y lleno de
amargura. Todos estos sentimientos generalmente tienen su origen en mis
relaciones afectivas que no siempre van como lo deseo. La comunicación
tanto verbal como sexual, es deficiente, por no decir inexistente, y
estoy constantemente volviendo a plantear este tema. Tengo la sensación
de tener que nadar a contra corriente y me siento en un callejón sin
salida. Tengo interés en parar un momento y ver claro en mi vida, a
reflexionar sobre lo que quiero y edificar una base sólida.
S4, S5 =
Todos los deseos tienen su origen en las vértebras sagradas cuarta y
quinta. Si soy capaz de administrarlas bien, si tomo el tiempo de
descansar y hacer las cosas que me gustan, S4 y S5 funcionarán bien. Sin
embargo, si vivo culpabilidad, tratándome de perezoso y confrontándome a
mis deberes y mi moralidad, juzgando mi conducta “no correcta”, S4 y S5
pueden reaccionar fuertemente. Tengo el derecho de hacer cosas para mí y
a veces evadirme pero debo evitar que esto se vuelva un medio de huida,
evitando que me enfrente con mis responsabilidades. En ese momento, la
pereza puede no estar benéfica: me mantiene en un estado pasivo de
cansancio que me impide ir hacía delante. Por esto, en casos extremos,
también estarán afectados mis pies. El único modo de curar el sacro
quebrado o roto, es la inmovilidad física y el tiempo. El sacro está
vinculado al segundo centro energético que se sitúa al nivel de la
primera vértebra lumbar. Un desequilibrio de este centro energético
puede aparecer en las dolencias físicas siguientes: referente a los
órganos genitales, puede haber infertilidad, frigidez o herpes; en
cuanto a los riñones: cistitis, cálculos; en lo referente a la digestión
y la eliminación: incontinencia, diarrea, estreñimiento, colitis, etc.
Las desviaciones de la columna vertebral (escoliosis) nacen generalmente
a este nivel y conllevan con ellas dolores de espalda. El segundo
chakra o centro energético, influencia mis relaciones con mi entorno y
un malfuncionamiento de éste, que afecta mi sacro, será el signo de mi
estrés, mis angustias, mis miedos y mi tendencia depresiva que debo
aprender a administrar.
En cuanto
al coxis, está vinculado al primer chakra, o centro de energía, sede de
la supervivencia. Representa el fundamento de mi sexualidad, la
realización adecuada de mis necesidades de base (sexualidad, alimento,
protección, techo, amor[2], etc.). El coxis está formado de cinco
vértebras coxigianas que están soldadas juntas. Representa mi
dependencia frente a la vida o a alguien más. Hay muchas probabilidades
de que mi cuerpo me diga que tengo que pararme cuando me duelo el coxis.
Es mi inseguridad la que se manifiesta en relación con mis necesidades
de base, de supervivencia, en particular el hecho de tener un techo,
alimento, vestidos, etc. El alimento aquí se refiere a las necesidades
físicas como emocionales y sexuales. Cualquier persona necesita amor en
su vida. También necesita comunicación mediante relaciones sexuales con
uno o su pareja. Estas necesidades generalmente se niegan y reprimen,
sobre todo a causa de mis principios morales y religiosos, lo cual me
lleva a estar insatisfecha. Puedo sentirme entonces impotente en todos
los sentidos del término y hay una ira incubando dentro mío. Quiero huir
cualquier situación que hace daño a mi sensibilidad y frente a la cual
puedo vivir culpabilidad. Debo poner mi orgullo de lado, es decir mis
miedos.
Debo
confiar en la vida y sobre todo hacer confianza en mi capacidad por
expresarme y asumirme. Cuando siento dificultades vinculadas con este
aspecto de mí – mismo, compruebo interiormente hasta qué punto estoy
(quiero ser) dependiente de una persona que, conscientemente o no,
satisface ciertas necesidades de mi vida. Soy capaz de cumplir mis
propias acciones, de ser autónomo. Es posible que las personas con las
cuales me vinculo sean mucho más dependientes afectivamente que yo y que
tengan necesidad de este tipo de relación. Acepto ¯© ver hasta qué
punto hago muestra de independencia y vigor en mi vida. Debo soltar
cualquier sentimiento de inquietud frente a mis necesidades de base y
tomar consciencia ahora de las fuerzas que me habitan y afirmar que soy
la persona mejor colocada para garantizar mi propia supervivencia. Al
estar vinculado el coxis con el primer chakra, un desequilibrio al nivel
de este centro de energía puede conllevar desordenes físicos, los más
corrientes tocando el ano o el recto (hemorroides, irritaciones), la
vejiga (trastornos urinarios, incontinencia), la próstata. También se
puede encontrar dolores en la base de la columna vertebral, una toma o
pérdida de peso considerable (obesidad, anorexia) y una mala circulación
sanguínea al nivel de las piernas (flebitis), manos y pies. Estos males
me dan una indicación que tengo necesidad de volver a equilibrar este
centro de energía.
[1]
Vértebras dorsales: el modo de identificar cada una de ellas es por la
letra D que designa “dorsal” seguida del número secuencial de la
vértebra. Otro modo también es usar la letra T para designar las
vértebras torácicas, y es lo mismo.
[2] Amor:
El amor aquí referido es como el amor de una madre para su hijo. Cuando
está afectado mi coxis, puede que viva el miedo a perder o no tener como
mínimo un amor similar al que un hijo está en derecho esperar de su
madre. Se trata aquí de este tipo de amor y no de una relación amorosa
entre adultos.
Extraido este material, de este importante libro :EL GRAN DICCIONARIO DE LAS DOLENCIAS Y ENFERMEDADES.
El
diccionario más amplio sobre las causas de las dolencias y enfermedades
relacionadas con los pensamientos, sentimientos y emociones.
De JACQUES MARTEL.
Editions Quintessence.